La tarifa eléctrica se compone a grandes rasgos del coste de la energía, los peajes (para recuperar los costes del sistema) el de comercialización y los impuestos. Estos peajes tienen tanto un termino fijo como variable: el termino fijo se paga de la potencia contratada y el variable en función de la energía consumida.
Hasta el ejercicio 2019 el valor de los peajes y su reparto entre los componentes fijo y variable ha sido tradicionalmente una competencia del ministerio estableciendo se anualmente por orden ministerial. Los valores de los precios de los peajes vigentes hasta 2019 son resultado de las subidas del termino de potencia y bajadas del termino de energía, que se produjeron entre 2012 y 2015.
Estas subidas del termino de potencia de los peajes aumentaron significativamente la parte fija de la factura, es decir, lo que el consumidor paga simplemente por estar conectado. Desde UNEF se ha propuesto en varias ocasiones que se reduzca el termino fijo de la factura de forma que el consumidor vea que paga por lo que consume. Y es que, España es el país en el que la parte fija de la factura tiene un mayor peso en Europa 40%.
En línea similar se posiciono el Ministerio de transición energética en la que recomendaba un peso mínimo del 25% para el termino variable que debía ser un “punto de partida para una mayor variabilización”. Finalmente la CNMC aprobó en Enero de 2020 la circular 3/2020 de peajes de red dando un peso al termino fijo del 75% de forma continuista con la tarifa actual. Como consecuencia, queda pendiente para el nuevo diseño tarifario la definición de los cargos por otros costes del sistema por parte del Ministerio.
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